Los ejecutivos, son adinerados, elocuentes y persuasivos. Pueden reunir muchos más favores y recursos de lo que la mayoría de gente sea capaz de imaginar.

En los viejos tiempos te habrían llamado yuppie. Un joven impetuoso con su MBA, subiendo por el escalafón de la Corporación. Es verdad que has vendido tu alma a la Compañía, pero reconócelo: las Corporaciones gobiernan el mundo de Cyberpunk. Controlan gobiernos, mercados, naciones, ejércitos. Lo que quieras. Y sabes que quien controle las Corporaciones dirigirá cualquier cosa.

Ahora, tu vida como ejecutivo junior es cualquier cosa excepto fácil. Hay tipos por debajo que matarían por tener tu trabajo. Hay tipos por encima que matarían por mantenerte fuera de sus trabajos. Y no bromean acerca del asesinato. Cada joven emprendedor de la Corporación tiene su propio equipo de mercenarios y netrunners para respaldar sus proyectos privados. ¿Sabotajes? Constantes. ¿Sobornos? Rutina. ¿Chantajes? Comunes. ¿Ascenso mediante asesinatos? Siempre es una posibilidad. Los premios son cuantiosos pero si das un traspié puedes ir a parar a la Calle con el resto de la basura. E incluso morir.

¿Y los proyectos que tus supervisores te dan? Algunos son sencillos; por ejemplo, diseñar un plan nuevo de productividad para la filial médica de la Corporación. Otros son más delicados, como enviar un equipo de "operaciones negras" a la Ciudad para propagar una plaga de diseño para que el Departamento de Marketing la pueda eliminar vendiendo la vacuna. La semana pasada, dirigiste un equipo conjunto de mercenarios, netrunners y técnicos en una misión de caza de talentos para secuestrar a un investigador de una Compañía rival. La semana anterior tu proyecto consistía en robar los planos de la nueva lanzadera suborbital de la Agencia Espacial Europea, para que la División Aeroespacial pueda copiar el diseño y venderlo a los soviéticos.

Te dices a ti mismo que te metiste en la Corporación para hacerla un lugar mejor, trabajando desde dentro. Pero ahora no estás tan seguro. Tus ideales están un poco difuminados y la situación se vuelve menos prometedora. Pero ahora no te puedes preocupar por la ética. Tienes un informe de deudas en una hora y parece que ese tipo de Ventas está planeando congelar tu base de datos para siempre. Pero tú vas a congelarle antes. 

Dinero. Sí, tengo dinero: un nuevo aerodeslizador BMW y un ático en la Zona Corporatriva. Todo el dinero no vale un pimiento. Juegas a este juego por poder. El poder de hacer cosas, de tomar grandes decisiones, de modificar cosas. Haces una llamada de teléfono y a continuación le estás diciendo al presidente de alguna mediocre nación europea que juegue a tu manera o sino, será historia. Por eso juego. Por eso estoy con la Compañía.