Un arreglador es un traficante de poder de la Calle, un hombre cuya misión es hacer que pasen cosas en la ciénaga semilegal que es el mundo de Cyberpunk. Un arreglador necesita conocer a mucha gente y tener un montón de información; así puede reunir el talento y los recursos apropiados para conseguir algo, ya sea organizar una red de distribución de drogas, o formar un equipo de operaciones negras.

La mayoría tiene un pasado poco glorioso. Por lo común empiezan como matones de poca monta, no muy diferentes de atracadores, pandilleros o mercenarios novatos. Pero lo que distingue a un Arreglador es un cierto don para imaginarse lo que otras personas quieren y cómo conseguirlo, además de la disposición a hacerlo sólo si el precio es justo.

Tarde o temprano, un Arreglador hábil abandona las minucias y se dedica a negocios de mayor envergadura. La mayoría se especializan, por ejemplo en el contrabando... se puede ganar mucha pasta pasando armas ilegales por la frontera. Por la cuenta que le trae, cualquier Arreglador competente sabe crearse sus propias oportunidades. Sino puedes abrirte paso en la venta de armas, podrías tratar de crear una demanda que puedas satisfacer, como robar y revender suministros médicos de corporaciones.

Aunque la reventa de artículos robados es un buen negocio, el verdadero poder de un Arreglador se debe a sus contactos, así que es natural que muchos encuentren su vocación como representantes. En toda ciudad importante hay una serie de Mercenarios y Netrunners expertos que necesitan representación. Los agentes con una influencia lo bastante amplia contratan a veces a grupos enteros de Nómadas para respaldar el contrato de un cliente.

No me vengas con todo ese rollo de Robin Hood. Simplemente estoy haciendo mi trabajo. Doy a la gente lo que quiere y me pagan por ello. De acuerdo, puede que haya equilibrado algunos resultados aquí y allá, pero eso es bueno para los negocios. Haces un amigo y te acogerá cuando las cosas estén difíciles en la Calle y te pasará algo de información cuando se la pidas. Pero así son los negocios. Tengo un eslogan... ¿Cuánto me vas a pagar?